Pulse el link para descargar el sermón Cuan Hermoso Ha De Ser.doc (38912)
“Cuan Hermoso Ha De Ser El Cielo”
Muchos Textos En El Nuevo Testamento Hablan Del Hogar Celestial
Mat. 5:12, “Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos”. Mat. 6:9, “Padre nuestro que estás en los cielos”.
Mat. 6:20, “haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan”.
Luc. 10:20, “regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos”.
Filip. 3:20, “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”.
Hebreos 10:34, “el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos”.
Muchos himnos hablan del cielo.
Pero ¿qué tan fuerte es nuestra fe en esta promesa? Luc. 18:8, “cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”
Esta Es La “Una Esperanza”
Efes. 4:4, “Fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación”. Hay solamente una esperanza, y esa esperanza es la vida eterna. "Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna" (1 Jn. 2:25). (Jn.2:25; 1 Ped. 1:3,4)
Rom. 8:24, “Porque en esperanza fuimos salvos”.
“en esperanza.” Más bien, “en esta esperanza,” arriba descrita. En el texto griego aparece el artículo “la,” la esperanza. ¿Cuá1 esperanza? Esta, la que Pablo acabó de describir. Somos salvos “en esta esperanza” o en la base de esta esperanza.
Este capítulo comienza con una gran conclusión de todo lo dicho anteriormente: no hay condenación para los que están en Cristo. Estos andan, no carnalmente sino espiritualmente (1-11). Son guiados por el Espíritu Santo, y sirven a Dios en la capacidad de hijos y herederos (12-17). Por el evangelio, el hombre perdido tiene la esperanza de salir del estado de corrupción, obrado por el pecado, y participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios, cosa por la cual gime toda la creación (18-25).
Esta esperanza le da la paciencia necesaria para sufrir por Cristo mientras espera aquella gloria que anhela recibir. Le conduce a vivir una vida de pureza (1 Jn. 3:3).
Col. 1:5, “la esperanza que os está guardada en los cielos”.
Para muchas actividades, sea de negocio o de vacaciones, etc., es necesario tener una reservación (tener algo guardado o reservado de antemano; el cristiano tiene una reservación celestial)
1 Tesal. 5:8, “Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo”.
Los ebrios no son buenos soldados ni buenos atletas; todos saben que es necesario que éstos sean sobrios. Así también tenemos que ser sobrios para la lucha espiritual. Gál. 3:27, “porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos”; Rom. 13:14, “sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne”; Col. 3:12, “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”. ¡Así se describe el vestido o el uniforme del cristiano! Así se ve ante los ojos del mundo todos los días. “Y tomad el yelmo de la salvación” (Efes. 6:17).Como la coraza protege el corazón, el yelmo protege la cabeza.
Hebreos 6:18, “para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. 19 La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo”.
"dos cosas" = la promesa y el juramento. "es imposible que Dios mienta". "tengamos un fortísimo consuelo". La promesa y el juramento de Dios proporcionan este consuelo tan fuerte para combatir la duda y el desánimo. Este consuelo no se basa en la fuerza o justicia del hombre mismo, sino en la palabra verdadera e inmutable de Dios. ¡Dios ha prometido la vida eterna y no puede mentir!
Sin esta ancla naufragamos en cuanto a la fe.
1 Ped. 1:3, “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, 4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros”.
La esperanza es otra cosa importante que nos motiva a ser obedientes… nos da paz en el alma… nos da la fuerza para aguantar todo… soportar pruebas… vencer tentaciones… sufrir oposición y persecución... en fin, fija nuestros ojos en Jesús y nos transforma a la imagen de El.
Apoc. 21:2, “Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. 3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”. La vieja Jerusalén era la capital de los judíos en Palestina, bajo el primer pacto. Esta es la nueva, la espiritual. En Gálatas 4:21-31, el Nuevo Testamento
(La iglesia) es la Jerusalén de arriba. Descender del cielo, de Dios -- El lugar de origen de la iglesia es el cielo. Por eso Pablo dice a los Gálatas que es "de arriba" (Gálatas 4:26). Es el reino de los cielos. La cabeza de la iglesia la gobierna desde su trono en los cielos.
v.3 Este versículo enseña la comunión íntima que existirá entre Dios y su pueblo por la eternidad. Habrá una relación permanente con Dios. Compárense 2 Corintios 6:16-18; Hebreos 8:10: Apocalipsis 7:15.
La figura de "tabernáculo de Dios" se basa en el tabernáculo del Antiguo Testamento, la morada espiritual de Dios de entre los judíos durante sus peregrinaciones en el desierto.
v.4 Dado que "las primeras cosas pasaron" (véase versículo 1, comentario), y ya pasó con ellas el pecado, no habrá estas cinco cosas que el pecado causó; o sea, lágrimas (véase 7:17), muerte (20:14), llanto, clamor, y dolor. Compárense Isaías 25:8; 35:10; 51:11. Estas cosas pertenecen a los sufrimientos de la vida física en nuestra tierra que, para Juan, ya se desintegró; pero ahora ellas ya no existen en el cielo.
No será “ciudad” con tiendas, oficinas, hospitales, etc., sino una gran concurrencia de personas redimidas, los cuales serán como los ángeles. Luc. 20:36, “son iguales a los ángeles”.
Apoc. 21:10, “me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, 11 teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal”.
Se compara con piedras preciosas, porque éstas son de las cosas más valiosas de la tierra.
Apoc. 14:4, “Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero”. Como sabemos, los 144.000, somos todos los cristianos fieles, vírgenes, o sea que no idolatran a otros dioses, q no engañan a Dios, q fueron redimidos de entre los hombre, nosotros fuimos redimidos.
Apoc. 22:14, “Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad”.
Las ropas simbolizan el carácter de vida de uno. El pecado mancha nuestras vidas (3:4; Isaías 64:6). Lavar las ropas significa alcanzar el perdón de los pecados. Solamente los perdonados en Cristo, fieles en guardar las cosas mandadas por él, tienen derecho "sobre" (dice el griego) el árbol de la vida; es decir, tienen el derecho de participar de sus beneficios.
Además, son los únicos que podrán entrar en la santa ciudad eterna.
El Cielo Nuestro Hogar Para Siempre
Marcos 10:30, “Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, 30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo;.. Y en el siglo venidero la vida eterna”.
1 Tes. 4:13-18, “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.
1 Ped. 1:3-4, “una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros”.
1 Cor. 15:54, “Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. 55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?”
Pero La Otra Alternativa Es
El Castigo Eterno
Es decir, los que no son salvos no sólo pierden este hermoso hogar celestial, sino que tendrán que sufrir el castigo eterno.
Mateo 10:28, “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”. Dios tiene el poder de echarnos al infierno, tiene poder absoluto sobre nosotros, tanto de nuestro cuerpo, como de nuestra alma.
Mateo 5:28, “Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. 29 Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno”.
2 Tesal. 1:7, “cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, 8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; 9 los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder”. “A los que no conocieron a Dios” No se refiere a los que nunca ha escuchado de Dios, porque eso es imposible, Dios no es injusto para quitarle la vida a alguien sin haber sabido de su existencia. Lo que quiere decir este texto es “El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso” (1 Jn. 2:3)
Apoc. 20:15, “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”.
Pero muchos no temen este castigo, porque no creen lo que Dios dice (muchos ni siquiera creen en Dios).
Luc. 16:23, “Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos… 24 estoy atormentado en esta llama”.
La Biblia describe este castigo como “estando en tormentos” en llama de fuego.
No hay sufrimiento más terrible que esto… y no tendrá fin.
Mateo 25:46, “irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”; es decir, el castigo es para siempre, como el cielo es para siempre.
Este pensamiento debe asustarnos… es pensamiento alarmante…
Conclusión. Por Eso, debemos estar resueltos a ir al cielo y evitar el infierno de fuego.